Klettern abseits der Touristenpfade – Zelten am Kletterfelsen von Jaruco

Delante de mí veo una bifurcación sin barro. Por fin.

El sudor me corre por la cara y necesito urgentemente descansar y comer algo. Llevo lo que parece una hora arrastrando mi enorme y pesada bicicleta de montaña XL, incluida la pesada mochila que llevo sobre los hombros, por la pista embarrada.

Queremos pasar la noche acampando y escalando en la peña La Jaula, en Jaruco. Pero no esperábamos estas masas de barro y nos abrimos paso paso a paso a través de bosques y prados hasta el pueblo de Jaruco, en el centro de Cuba, con nuestro equipo de escalada, provisiones y tiendas de campaña.

En la bifurcación del camino, nos dejamos caer impotentes con nuestras bicicletas sobre la hierba. Un ruido repentino nos hace levantarnos y prestar atención: un enorme cerdo gordo y rosado nos mira con los ojos muy abiertos. ¿Dónde hemos aterrizado?

Camino por la bifurcación y no puedo creer lo que ven mis ojos: tanto el camino de la izquierda como el de la derecha están cerrados con una verja. ¡Maldita sea! ¿Nos hemos perdido? ¿Dónde diablos están los demás?

Excursión de escalada fuera de los caminos trillados

Somos nueve escaladores de la comunidad de boulder de La Habana que queremos ir a Jaruco.

La Habana se encuentra en la fase 3 con respecto al virus corona, lo que significa que todavía no se nos permite salir de la provincia de La Habana y que no hay transporte público.

El pueblo de Jaruco con la roca de escalada La Jaula se encuentra en la provincia de Mayabeque, en el centro de Cuba.

Nuestro plan es acampar en Jaruco y evitar el puesto de control en bicicleta por una ruta por el monte .

Un viaje así debe estar bien planificado. Según nuestro organizador de hoy, Pablo, aquí no hay instalaciones de abastecimiento, sólo un pozo cercano.

No sabemos qué esperar - sólo que los pernos de la roca no se han mantenido durante mucho tiempo y se supone que están oxidados, y que la última vez que alguien estuvo en la roca antes de Corona fue hace aproximadamente 1,5 años.

Acampar en la Pampa tiene que estar bien planeado

Así que nos reunimos la noche anterior en la casa de Danny en el barrio del Cerro y distribuimos el equipaje.

4 de nosotros y 10 llevamos un portaequipajes en nuestras bicicletas y transportaremos las carpas. El equipo más pesado lo repartimos equitativamente entre nosotros. Se trata de las cuerdas de escalada, los exes (eslingas con mosquetón) y los machetes para despejar el camino hacia la roca.

Luego hacemos una lista de la comida y vemos qué más podemos necesitar. En el lugar queremos cocinar espaguetis. Para merendar y desayunar tendremos galletas, pan, mayonesa y atún. Queremos conseguir agua directamente in situ.

Cada uno debe llevar un bidón de agua vacío de 5 litros para ir a buscar agua al pozo para lavarse.

Luego nos repartimos los utensilios de viaje más pequeños, que al menos deberían estar presentes en una versión única: Botiquín, parches para las ruedas, parafina para hacer fuego, utensilios de cocina, etc.

A quien madruga Dios le ayuda

Mi despertador suena a las 3.30 de la mañana.

Salto de la cama inusualmente alerta para esta hora del día, ya que apenas he dormido.

La emoción y la incertidumbre de lo que me espera en Jaruco han hecho estragos en mi subconsciente y me han sacado a medias de otro sueño.

Nos encontramos todos en La Habana Vieja. A pesar de la mirada somnolienta, todos estamos animados y comenzamos con entusiasmo nuestra aventura.

La vida nocturna de La Habana

Pasamos la estación de tren de La Habana y nos adentramos en la zona industrial del puerto. Menos mal que nos acordamos de las luces.

Aquí, donde comienza la carretera terrestre Vía Blanca, hay una cantidad increíble de tráfico, incluso a primera hora de la mañana. Las intersecciones son confusas.

Menos mal que Pablo sabe orientarse, porque mi sentido de la orientación ya me ha abandonado. Aquí, en la zona industrial del puerto, podemos distinguir en la oscuridad los contornos de enormes grúas y contenedores.

Al atravesar el barrio de Regla, famoso por su culto a la santería, nos esperan masas de juerguistas nocturnos. Oficialmente, en Cuba no hay fiestas por culpa de Corona, pero los sociables cubanos organizan fiestas caseras.

Por fin atravesamos y salimos de Guanabacoa. Todavía es de noche y los contornos negros de enormes palmeras reales nos abren paso bajo un cielo estrellado.

Donde zorro y conejo se dan las buenas noches

Después de atar nuestro equipaje suelto cerca de Alamar y desayunar unos maníes, recogemos a Juan y Ramiro y disfrutamos de un precioso amanecer en el campo.

Bajamos a toda velocidad por las colinas de la carretera rural y nos quedamos encantados con los contornos de las palmeras cubanas rodeadas de niebla blanca y el glorioso rojo dorado de la mañana.

¡Ojalá pueda ver muchos más amaneceres como éste!

Pasamos por pequeños pueblos, como Bacuranao, La Gallega, Las Minas y finalmente llegamos a Arango. Nos reunimos en la plaza del pueblo, con su pequeña y bonita iglesia. Los habitantes del pueblo ya están en la calle a las 8 de la mañana, porque los cubanos acostumbran a ir de compras muy temprano.

Aquí en Cuba, el lema es"si llegas tarde, la vida te castiga", porque a menudo sólo se vende una ración limitada de un producto al día.

Nos miran con curiosidad, porque desde el brote del virus corona, hace siete meses, nadie ha visto a un grupo de ciclistas repleto de tiendas de campaña. Compramos zumo cubano casero, por desgracia aquí no hay nada más. Con nostalgia, miro en el trastero de una casa adyacente. Aquí, los cartones de huevos están apilados.

Me encantaría comprar algunos enseguida, porque los huevos también se han convertido en un bien escaso en La Habana y, sin cartilla de racionamiento, casi sólo se encuentran a precios excesivos y raramente en el mercado negro.

¿Realmente lo hemos pensado bien?

"¿No preferiríamos seguir por el camino rural? Tengo la mala sensación de que nos espera una pista embarrada", le dije a Ramiro, que conoce muy bien las rutas de bicicleta de montaña aquí en el Campo.

""No, por el camino rural llegamos al punto de control de Mayabeque.. No te preocupes, no ha llovido en tres días, los senderos están secos".

Pues bien, ¡al monte!

Desde Arango tomamos un camino de tierra que nos llevará unos 11 kilómetros por la pampa hasta Santa Bárbara. Sale el sol y baña de luz dorada los caminos de tierra cubiertos de rocío.

Animados, nos guardamos los nasobucos (protectores bucales en Cuba) y respiramos profunda y liberadamente el aire fresco del campo. ¡Por fin fuera de La Habana y lejos del virus Corona y del aire contaminado de los viejos tiempos! ¡Cómo lo hemos echado de menos!

Pista embarrada

Pero pronto dejamos de reír. Delante de nosotros hay una pista de barro. Ramiro dice que es el único camino, que ya lo ha recorrido muchas veces."El barro sólo está aquí en este punto, mejora más adelante", dice.

Así que nos echamos las motos al hombro y seguimos adelante. Con la pesada mochila que incluye tienda de campaña y equipo de escalada y mi bicicleta de montaña XL, no es tan fácil.

Con Yanni a la cabeza, empezamos a vadear el barro con las bicis al hombro. Al cabo de una hora llegamos a un cruce sin barro. Agotado, me dejo caer en la hierba con Yanni.

"Eh, hasta aquí podemos llegar, sólo hay pastos de vacas a lo largo y ancho", nos grita desde lejos un granjero que pasa por allí.

Pero de repente algo me llama la atención."Eh, esperemos a Ramiro. Yo ya he estado aquí. Este es el camino hacia el embalse de La Coca y entonces dimos la vuelta porque el camino era sencillamente intransitable"..

Perdidos en medio de la nada

¿Dónde están los demás? Por todas partes no se ve a nadie. Concentrados en el vadeo del barro, Yanni y yo nos comimos todo lo que nos rodeaba y ni siquiera miramos atrás. Aprovechamos el descanso y comemos baguettes de jamón y torticas (gruesas galletas cubanas de masa de mantequilla con un montón de azúcar).

Seguimos sin oír nada. Yanni empieza a llamar a los demás, pero nadie responde. Esperemos no habernos perdido. Esperamos y esperamos. La bifurcación en la que estamos sentados está cerrada a ambos lados por puertas para el ganado. ¿Vamos a la derecha o a la izquierda?

Unos gordos cerdos rosas embarrados y unas cabras marrones pasan a nuestro lado y nos miran con los ojos muy abiertos. Minutos después, un caballo ciego se acerca por el camino. Al menos aún queda algo de civilización por aquí.

De repente oímos un crujido y, tras una hora de espera, por fin vemos a alguien de nuestro grupo. Carmelis arrastra pesadamente su bicicleta por el charco de barro que tenemos delante y pierde un zapato en el barro.

"¿Qué ocurre? ¿Nos hemos equivocado de camino?", preguntamos.

"No, estamos bien, sólo quería que supierais que estamos arreglando una cámara de aire y llevando el equipaje por separado a través del barro, por eso estamos tardando tanto"..

Por fin llegan los demás y Ramiro señala la puerta de la derecha."Por ahí, el último cierra la puerta"..

Pista de barro la segunda

Una vez que hemos liberado nuestras bicis del barro más espeso como hemos podido y podemos volver a pedalear con razonable normalidad, continuamos. Las vacas pastan a la izquierda de la ruta y nos observan curiosas, masticando.

El camino es ahora herboso y relativamente fácil de recorrer. Pero ya en el siguiente terraplén no puedo creer lo que ven mis ojos. ¿Qué es eso, un río?

Vaya, cuando los demás vean esto. Soy el primero en atreverme a entrar en el agua marrón y doy luz verde."Aquí no te hundirás, debajo hay una losa de piedra".

Pero cuidado, ¡peligro de resbalar!

Poco a poco, nuestra columna se abre paso a través del río fangoso y sube la colina que hay detrás. Poco a poco llegamos al final de nuestro camino.

¿Cuándo llegaremos por fin?

Completamente agotados, nos dejamos caer bajo un árbol en el siguiente terraplén. Se convoca una reunión de crisis. Y qué milagro: ¡es una guaya! Agitamos el árbol, la fruta cae y rueda a nuestros pies.

Nos relamemos de felicidad y devoramos la fruta, todavía algo verde, cuando de repente pasa un tractorista. Nos pregunta de dónde venimos.

"¡De La Habana!", exclamo y me muerdo la lengua. Manno - ¡nadie puede saberlo por Corona!

"Ah Arango", dice el campesino."Si si", confirmamos rápidamente.

"En 2 kilómetros estaréis en la carretera comarcal, ahí está el pueblo de Santa Bárbara", nos explica. Sólo quedan dos kilómetros para llegar a la civilización. Lo peor ya ha pasado.

Por fin algo de agarre bajo nuestros pies

Sin más problemas llegamos a la carretera comarcal, pero el ansiado pueblo con cafetería sigue ausente. Santa Barabara parece entonces el conjunto de tres cabañas muy separadas en la pampa delante de nosotros.

¡Genial!

Delante de las puertas de madera de cada una de las casas hay un cráneo de vaca ensartado. Me estremezco y me alejo, esto me recuerda demasiado a las viejas películas de terror.

Primero barro, luego cuesta arriba

Nos alegramos de volver a tener asfalto bajo las ruedas, pero este tramo es todo un reto.

Las cuestas son empinadas y tenemos que subirlas lentamente con la marcha más corta.

Sin embargo, la vista de las rocas de Jaruco (Escaleras de Jaruco) frente a nosotros, rodeadas de plátanos y palmeras reales, es impresionante y nos anima. Al llegar al siguiente cruce de carreteras, la señal de Jaruco anuncia por fin el destino obvio.

Decidimos reunir al grupo aquí y luego decidir cómo proceder.

Merienda callejera

Hambrientos y agotados como estamos a la 1 de la tarde, decidimos almorzar aquí mismo, al borde de la carretera.

Ayer preparé un arroz con quimbombo, berenjena y lentejas, Yanni incluso trajo filetes de cerdo. Los coches pasan zumbando a nuestro lado mientras comemos nuestro almuerzo frío pero delicioso, cansados pero satisfechos.

Preparación del campamento

Cuando todos nos hemos reunido, decidimos conducir juntos hasta el campamento y dejar allí nuestras cosas. Después, una parte del grupo debe montar las tiendas, la otra salir de nuevo a buscar agua potable en Tapaste. Los bidones vacíos se llenarán de agua para lavar y cocinar en el pozo de un granjero cercano.

Las rocas de escalada del sector "La Jaula", que pertenece a la cordillera de Jaruco, se encuentran en la carretera entre Perú y Tapaste.

Pero el camino hacia el bosque está totalmente cubierto de arbustos y marabú (planta cubana de maleza resistente con espinas afiladas). Carlos y Pablo se ponen manos a la obra con sus machetes y despejan el camino a través del bosque. De camino a la roca encontramos varias de las desagradables plantas de guao.

Tenemos cuidado de no acercarnos demasiado a ninguna de ellas. Una amiga mía rozó una vez una de estas plantas con la cara y le dejó la cara hinchada durante días.

Mini campamento

Después de una media hora por fin podemos subir nuestras mochilas y tiendas a la roca. Pero el marabú y las ramas se enganchan en nuestro equipaje y nos damos cuenta de que es imposible subir las bicicletas enteras hasta la roca.

Afortunadamente, la familia de un campesino cubano que vive en la cabaña frente al bosque pone a nuestra disposición su patio trasero para aparcar. No quieren nada a cambio: la ayuda incondicional de los pobres lugareños del campo me conmueve una vez más.

Sin embargo, me había imaginado el camping de otra manera. Se encuentra entre 2 rocas y tiene unos 10 metros cuadrados de ancho.

¿Cómo vamos a caber todos aquí y cocinar? Al fin y al cabo, llevamos unas 6 tiendas.

El "retrete" es una roca a unos 100 metros en el bosque. Espero no tener que usarlo por la noche, pienso para mis adentros. Los amables vecinos nos han dado parafina para encender una hoguera. Aquí queremos cocinar espaguetis para todos por la noche.

Perú y su "supermercado

A pesar de que me duelen las piernas y las nalgas, decido bajarme una vez más de la bicicleta y dirigirme al supermercado de Tapaste. Reúno rápidamente el dinero para la compra, porque necesitamos agua y ron. Cuando vuelvo a la carretera, oigo gritos de júbilo.

¡Tenemos visita!

Parte de la camarilla de escaladores de La Habana ha venido a Jaruco por sorpresa. ¿Pero cómo es posible?"Salimos de La Habana a la una de la tarde y tomamos el camino rural"..

Aparentemente no hay un puesto de control tan atento en el tramo entre La Habana y Jaruco como nos dijeron después de todo... Esto significa que podríamos haber estado en Jaruco en 2 horas desde La Habana sin ningún problema. En lugar de eso, hemos estado luchando a través de la selva fangosa durante horas desde las 5am....

Me trago la frustración y lo considero una típica aventura cubana. Nuestros amigos quieren escalar un poco en Jaruco y volver a La Habana por la noche. Decido hacer lo mismo, porque hoy no me apetece acampar.

Nuestros amigos escaladores de La Habana, que conocen muy bien la roca de aquí, nos recomiendan comprar agua en el pueblo de Perú, que está a sólo 2 kilómetros. Eso está mucho más cerca que Tapaste.

Así que volvemos a las bicicletas y pedaleamos hasta Perú, rodeado de un valle con hermosas rocas y palmeras.

Una vez aquí, los aldeanos nos señalan un pequeño quiosco que parece más bien una caravana o un contenedor. De hecho, en él pone TRD, lo que identifica a esta lata parecida a un contenedor como un supermercado.

Sólo hay un estante largo en el quiosco, que consiste en pañales para adultos, 6 tipos diferentes de ron y botellas de agua. La combinación perfecta de ofertas para nuestras necesidades básicas de hoy.

Sin embargo, siento una ligera punzada de pesar por los aldeanos. Al parecer, ahora mismo no hay más que ron y agua. Supongo que tienen que hacer el resto de sus recados en los pueblos lejanos o en aldeas más grandes como Tapaste.

Llenamos nuestras mochilas de agua y compramos Havana Club Ron Especial para la noche. Muy cargados, volvemos a la roca.

Idilio de acampada

De vuelta al campamento, las tiendas ya están montadas. No habría sitio para mi tienda, más de 4 tiendas no caben en la grieta.

Los chicos intentan encender un fuego para poder cocinar espaguetis en la enorme olla que se han traído. En el campamento echa un humo de locos: alguien necesita más práctica.

Me subo a los talones y me dirijo a los rocódromos.

Sector de escalada "La Jaula”

Ya son las cuatro de la tarde y quiero familiarizarme con los riscos de escalada de Jaruco antes de regresar.

Cada sector de escalada en Cuba tiene una estructura rocosa diferente, me explica mi amiga escaladora Elvira. Y en efecto, las rocas de Jaruco son mucho más exigentes que las de La Habana. La roca es relativamente lisa (placa) y tiene pocas presas grandes, pero muchos agujeros para los dedos.

Es difícil encontrar una presa con un pie de gato - una técnica de escalada diferente que en La Habana y se requiere mucho equilibrio. El sector de "La Jaula" no está tan bien documentado como los riscos de escalada de Viñales, por ejemplo, porque casi nadie viene a Jaruco. Aníbal Fernández (uno de los "antepasados" de la escalada en Cuba) me dijo que hay unas 20 vías de escalada en La Jaula, las más fáciles son V, 6a, 6b y la más dura una 7c.

Los bolts de las rutas más duras ya están muy oxidados y necesitan ser renovados. Las rutas más fáciles siguen siendo relativamente estables y se equiparon con nuevos bulones hace unos años. Tres de los escaladores más experimentados de nuestro grupo están preescalando tres rutas.

Esto permite a los sucesores escalar con cuerda superior, lo que significa que la cuerda sólo se sujeta al final de la ruta y no hay necesidad de engancharse al tornillo durante la ruta. Esto facilita la escalada y permite cambios más rápidos entre los participantes.

Por encima de las palmeras

La ruta más larga aquí en el sector de La Jaula es un 6c y se eleva por encima de las copas de los árboles.

Desde allí arriba se tiene una vista fantástica sobre el valle. Elvira promete fotografiar la vista desde arriba, ya que esta ruta es desgraciadamente todavía demasiado exigente para mí.

Viaje de vuelta con una maravillosa puesta de sol

Son las 6 de la tarde y mis amigos de La Habana y yo nos preparamos para el viaje de vuelta. Después de la sudorosa excursión de barro de esta mañana y con los músculos doloridos por todo el cuerpo, tengo unas ganas increíbles de mi mullida cama y una ducha caliente.

Nos despedimos de la parte del grupo que va a pasar la noche en la roca y tomamos el camino de vuelta a La Habana pasando por Tapaste, Cotorro y San Miguel. Sin barro ni otros problemas, la ruta en bicicleta de Jaruco a La Habana es un verdadero placer. El sol se pone y tiñe el verde valle de palmeras de una luz amarillo anaranjada.

Disfrutamos del juego de colores y seguimos pisando el acelerador, porque las carreteras de Cuba no están exentas de peligro en la oscuridad con los baches, a veces bastante profundos, y las calzadas sin iluminación.

En el suburbio de Cotorro, la oscuridad ya nos alcanza. Sacamos las luces de la moto y conducimos con cuidado y despacio.

Una vez en casa, me tumbo en la cama, exhausto pero todavía aturdido por las muchas impresiones y aventuras nuevas de hoy.

Consejos para una excursión en bicicleta a Jaruco y para escalar y acampar en la roca La Jaula

El sector de escalada La Jaula se encuentra en la carretera asfaltada vía Cotorro, a unos 40 km de La Habana. En el camino, sin embargo, primero fuimos a Las Minas y luego a Arango.

Desde Arango, pedaleamos por las rutas de MTB que se utilizan regularmente para las competiciones de MTB hasta Santa Bárbara y de allí a Jaruco.

Esta ruta no es recomendable como viaje de ida con equipaje de escalada y tienda de campaña, ya que aún puede guardarte grandes pistas de barro días después de las últimas lluvias.

Sin embargo, los alrededores de Jaruco son perfectos para una excursión en bicicleta de un día desde/hacia La Habana. Los ciclistas de montaña pueden tomar la ruta de Arango a Santa Bárbara.

Si prefiere la carretera asfaltada, puede seguir esta grabación:

En este día pedaleamos a los grandes miradores en las Escaleras de Jaruco (de los cuales 5 km en las Escaleras de Jaruco en una ruta MTB en la montaña - ruta MTB muy bonita y fácil).

En Jaruco le esperan panoramas inolvidables: el valle cubierto de numerosas palmeras y las destacadas rocas blanco-grisáceas del parque natural de las Escaleras de Jaruco.

Los miradores recomendados son el Mirador de Jaruco y (para los que no les importe una subida empinada) el aún más alto del Restaurante El Arabe. Restaurante El Arabe. Desde aquí se puede ver todo el valle con varios embalses (Embalse San Miguel, Embalse Jaruco, La Coca).

Un consejo de mi parte: el pequeño pueblo cubano Castilla. Es un lugar estupendo para hacer un picnic con una vista fantástica de un lago, pastos de vacas y las montañas de Jaruco detrás.

Se puede comer algo en los alrededores de Jaruco en El Perú (agua, ron, posiblemente panecillos y zumos y refrescos cubanos) o en Tapaste (de todo). Si desea comer en un restaurante de verdad durante su excursión en bicicleta, puede hacerlo en el restaurante El Arabe. Este restaurante estatal está decorado en un noble estilo árabe. La comida es típicamente rústica, cubana, los baños son muy cubanos (sin agua, sin papel higiénico).

Acampar y escalar en Jaruco en la roca La Jaula debe ser bien planeado y mejor hacerlo con un escalador local que conozca el camino a la roca y pueda manejar un machete y conozca las rutas de escalada. Como se mencionó, algunas de las rutas de escalada no son recomendablesporque los bolts no han recibido mantenimiento por mucho tiempo y están oxidados .

Si no desea acampar en medio del bosque entre las rocas , también puede hacerlo en los prados que rodean las rocas. El agua para lavarse, beber y cocinar debe obtenerse en Perú o en Tapaste. La comida, etc., debe llevarse consigo, ya que puede que no haya nada que comprar en Perú.

Las rutas de escalada en Jaruco son menos adecuadas para los principiantes en escalada, ya que sólo hay 1 o 2 rutas con nivel de dificultad V, que también me parecieron muy desafiantes, ya que la estructura de la roca es muy lisa, al contrario que en La Habana, y requiere un buen equilibrio y técnica.

Asegúrese de llevar repelente de insectos y antialérgicos , y tenga cuidado con las venenosas plantas de guao. .